Oye cuate...
...fue lo que se pudo escuchar de repente detrás mío, bueno, fue lo último que pude escuchar antes de que cinco tipos, adolescentes y vestidos con canguros que les aseguraba un próspero anonimato, me comenzaran a golpear, hurgar por todos los rincones hasta dejarme sin el teléfono celular, sin monedas y con una novia asustada y quieta como una estatua.
Que se puede hacer cuando de repente, en menos de un minuto apareces sin capital, estúpido y con la nariz ensangrentada y jodidamente dolida...
Oye cuate...¡que hijos de puta!
Que se puede hacer cuando de repente, en menos de un minuto apareces sin capital, estúpido y con la nariz ensangrentada y jodidamente dolida...
Oye cuate...¡que hijos de puta!
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